13 estados tendrán gobernadoras
El 2 de junio de este año será recordado como un hito en la historia política del país. Claudia Sheinbaum, al convertirse en la primera presidenta de la República, ha marcado un antes y un después. Pero su victoria no es un evento aislado, es parte de un movimiento más amplio que ha llevado a un récord histórico de representación femenina.
En las pasadas elecciones, cuatro mujeres triunfaron en los comicios de sus respectivos estados, elevando a trece el número total de gobernadoras en el país. Esta cifra representa un avance significativo en la representación política de las mujeres en México, especialmente si consideramos que antes de las elecciones de 2018, solo había una gobernadora: Claudia Pavlovich en Sonora.
Clara Brugada, exalcaldeza de Iztapalapa, ha logrado una contundente victoria en la Ciudad de México, superando a Santiago Taboada, candidato opositor de “Va x la CDMX”, por casi 13 puntos. En octubre, Brugada sucederá a Martí Batres, actual jefe de Gobierno, consolidando así su influencia en la política de la capital del país.
En Guanajuato, la futura gobernadora Libia García, del PAN, se impuso con el 51% de los votos frente a Alma Alcaraz de Morena. Aunque la candidata guinda ha anunciada que impugnará los resultados.
Margarita González, candidata de Morena, se alzó con la victoria en Morelos, superando a Lucía Meza del PRI por una diferencia de más de 160 mil votos. Este triunfo refuerza la presencia de Morena en la región y subraya la capacidad de González para movilizar a los electores.
En Veracruz, Rocío Nahle, también de Morena, obtuvo una victoria aplastante con casi el 59% de los votos, dejando atrás a José Yunes del PRI, quien consiguió un 31%. Este resultado no solo fortalece a Morena en el estado, sino que también destaca a Nahle como una figura clave en la política local.
El ascenso de estas mujeres al poder no es solo un triunfo individual, sino un símbolo del avance colectivo de las mujeres en la política mexicana. Este cambio refleja a una sociedad que cada vez más reconoce y valora la capacidad y liderazgo femenino en los más altos niveles de gobierno.
En estas victorias, resuena una verdad ineludible: la política mexicana está cambiando, y con ella, la esperanza de un futuro más justo, abierto y representativo.