¿Alfonso Martínez, detrás de las movilizaciones del STASPE?

Alfonso Martínez Alcázar, fiel a su estilo de sacar “raja” política de cualquier coyuntura, emerge nuevamente como el titiritero detrás de las recientes movilizaciones del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE).

En semanas recientes, Antonio Ferreyra, líder sindical, ha sostenido reuniones privadas con Martínez Alcázar. Estos encuentros, que a primera vista podrían parecer inocuos, tienen un trasfondo claro: el pacto de apoyo del gremio hacia el panista. La historia se repite, tal como en 2021, cuando el sindicato, con los colores verdes bien visibles, se sumó públicamente a la candidatura de Martínez Alcázar. Este respaldo no surgió de la nada, sino como parte de acuerdos tejados en el pasado gobierno de Silvano Aureoles, quien actuó como intermediario para consumar esta alianza a cambio de privilegios para el STASPE.

A solo 11 días de la jornada electoral, la sincronización no es fortuita. Las movilizaciones “fabricadas” buscan incidir políticamente, atacando al gobierno estatal y desacreditando la administración morenista del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. Este escenario no solo es un reflejo de la pugna por el poder, sino también del uso descarado de tácticas para moldear la opinión pública y desestabilizar al adversario.

El manoseo político de Alfonso Martínez Alcázar sobre el STASPE es innegable. Hace unos días, el propio candidato se presentó a saludar y mostrar su apoyo a los sindicalistas apostados en el Boulevard García de León, un gesto cargado de simbolismo político. Este acto no es más que una confirmación de la manipulación que se gesta tras bambalinas.

El contexto preelectoral en Michoacán se enrarece con estas jugadas políticas que, lejos de ser simples movilizaciones sindicales, revelan un complejo entramado de intereses y lealtades. El oportunismo de Martínez Alcázar y sus alianzas con el STASPE configuran una estrategia diseñada para erosionar la credibilidad del gobierno actual y posicionarse mejor en la contienda electoral.

En esta danza política, el STASPE se convierte en un peón más del tablero, utilizado para fines que trascienden las legítimas reivindicaciones laborales. La instrumentalización del sindicato para golpear al gobierno morenista no solo es una muestra de la polarización existente, sino también de la capacidad de ciertos actores para manipular las circunstancias en su favor. La política en Michoacán sigue siendo un terreno donde las alianzas se tejen en la sombra y las movilizaciones se utilizan como armas en una guerra sin cuartel.

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