Alfonso Martínez lleva estancado en las mismas propuestas desde el 2018
En un escenario político marcado por la repetición de propuestas sin cumplir, surge el caso de Alfonso Martínez Alcázar, cuyas promesas electorales se han convertido en un ciclo constante de retórica vacía y estancamiento en Morelia.
Desde su derrota en 2018 frente a Raúl Morón Orozco hasta el presente, las propuestas de Martínez Alcázar han permanecido prácticamente inalteradas. La atención a la crisis hídrica, el cuidado de las mascotas, el apoyo a mujeres víctimas de violencia y la creación de un parque agroindustrial son solo algunos ejes que han sido repetidos en cada una de sus campañas electorales.
Sin embargo, a pesar de casi una década en la función pública, dos administraciones y cuatro campañas, las promesas no han evolucionado. No solo han quedado en el papel, sino que los problemas sociales que se comprometió a abordar han empeorado.
En el caso de la violencia contra la mujer, a pesar de que Morelia dejó de figurar entre las ciudades con más feminicidios del país, otros indicadores como el acoso en espacios públicos han aumentado considerablemente.
El tema del abasto de agua es otro ejemplo preocupante. Aunque en el inicio de su gestión 2021-2024 el desperdicio de agua en fugas era del 40%, recientes informes de la CEACG revelan que ahora alcanza el alarmante 70%.
Además, la transparencia, una de las principales promesas de Martínez Alcázar, también ha sido una asignatura pendiente. A pesar de su discurso anticorrupción, su administración ha estado salpicada por numerosas denuncias de adjudicaciones directas a empresas de sus allegados, superando los 600 millones de pesos.
En suma, el caso de Alfonso Martínez Alcázar representa una cruda realidad: un político cuyas promesas se han convertido en un ciclo vicioso de incumplimientos y retrocesos, dejando a la ciudadanía sumida en la desilusión y la desconfianza hacia las autoridades.