Así se vivió la celebración por el cumpleaños del Popocatépetl
En el corazón de la naturaleza, entre la imponente serranía de Puebla, se yergue majestuoso el coloso que, con su aliento de ceniza, marca la vida de quienes habitan sus faldas. Nos referimos al Popocatépetl, venerado y temido, cuya mítica figura es motivo de celebración y reflexión cada 12 de marzo, día que conmemora su nacimiento geológico.
En esta ocasión, mientras los pobladores de Xalitzintla, su comunidad más cercana, se preparan para la festividad anual, la actividad del volcán no cesa. Las recientes exhalaciones, contabilizadas en 37 en las últimas 24 horas, mantienen a las autoridades en alerta, situando al coloso en Amarillo Fase 2.
A pesar de la preocupación, la tradición y la fe perduran en los corazones de aquellos que rinden tributo al gigante. Entre misas y plegarias, los pobladores continúan con su ancestral costumbre de honrar al Popocatépetl, aunque los expertos adviertan sobre los riesgos de aproximarse demasiado.
La celebración adquiere un carácter especial en Xalitzintla, donde los lugareños se entregan a una serie de rituales en busca de bendiciones para sus cosechas y lluvias abundantes. Caminan con devoción hacia el “ombligo” del volcán, llevando consigo ofrendas que incluyen desde alimentos hasta prendas de vestir y bebidas espirituosas.
Así, entre el respeto a la naturaleza y la veneración a sus deidades, los habitantes de Xalitzintla renuevan su vínculo con el Popocatépetl, recordándonos que, más allá de su furia, este volcán es un símbolo de la interconexión entre el hombre y la tierra que habita.