Claudio X. González Laporte y la reunión que nunca fue
Claudio X. González Laporte, visiblemente impaciente y desesperado, sentado de manera poco usual en el respaldo de un sillón deslavado. Su frustración era palpable: no logró reunirse con Claudia Sheinbaum, la cita que había esperado ansiosamente.
La escena se desarrolló durante la Reunión de Consejo Nacional del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), donde Sheinbaum Pardo era la invitada de honor. González Laporte asistió con la esperanza de tener un encuentro privado con Sheinbaum, antes de que concluyera la reunión. Sin embargo, su intento se vio frustrado.
El magnate abandonó el salón principal y se dirigió a una sala contigua, ubicada junto al salón Castillo del Hotel Presidente InterContinental de Polanco. Este lugar tenía un simbolismo adicional: fue el war room de Xóchitl Gálvez el pasado 2 de junio, contrincante de Sheinbaum, cuya campaña fue coordinada por el hijo de González Laporte. En este escenario cargado de significados, el magnate aguardó la entrevista que había solicitado con la virtual presidenta electa.
El desenlace fue amargo, Juan Ramón de la Fuente, actual embajador de México ante la ONU, ingresó a la sala para informarle que la reunión no sería posible. Este revés fue un golpe inesperado para González Laporte, acostumbrado a tener un acceso directo y privilegiado en administraciones pasadas, desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari hasta Felipe Calderón.
Claudio X. González Laporte, habituado al trato deferente de administraciones anteriores, se encontró con la implacable realidad de un nuevo régimen, simbolizado por Claudia Sheinbaum, la más fiel representante de la 4T. En su intento por acercarse a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se topó con una muralla infranqueable, una señal de que los tiempos han cambiado y las viejas formas de poder ya no son tan efectivas.