¿De qué va la Reforma al Poder Judicial?

La tan mencionada Reforma Judicial, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador no solo marca un antes y un después en la estructura de la justicia mexicana, sino que abre las puertas a un nuevo paradigma de participación democrática en el país.

En el corazón de la reforma se encuentra la innovadora propuesta de elegir a ministros, magistrados y jueces por voto popular. Este proceso electoral, que será organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), promete transformar la forma en que se seleccionan los encargados de administrar justicia en México. La elección directa es, sin duda, un avance significativo hacia una mayor legitimidad y transparencia en la selección de los altos funcionarios judiciales.

La estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) también experimentará una transformación profunda. La Corte pasará de contar con 11 a 9 ministros, una reducción que se acompaña de una reestructuración en los salarios: ahora, los ministros no podrán ganar más que el Presidente de México. Además, se establece un límite de 12 años para el mandato de los ministros, eliminando así la pensión vitalicia que históricamente han disfrutado. Esta medida no solo busca equilibrar la equidad salarial, sino también dotar al cargo de una temporalidad que permita una renovación más dinámica y acorde con las necesidades cambiantes de la justicia.

La reforma también introduce un notable avance hacia la transparencia, al exigir que las sesiones del Pleno de la SCJN sean públicas. Este cambio promete abrir las puertas del máximo tribunal a un escrutinio público más riguroso, permitiendo a la ciudadanía conocer de primera mano los procesos y decisiones que impactan su vida diaria.

Además, se establece un conjunto de requisitos rigurosos para quienes deseen aspirar al cargo de Ministro de la Suprema Corte. Se exige una experiencia mínima de cinco años en litigio, un promedio académico sobresaliente y la superación de un proceso de insaculación. Estos criterios buscan garantizar que solo los candidatos con un sólido historial profesional y académico puedan acceder a los cargos judiciales más altos.

Con esta reforma, México entra en una nueva era democrática. La posibilidad de elegir a todos los Poderes de la Unión mediante el voto popular representa el mayor avance democrático del siglo. La democratización del sistema judicial no solo amplía la participación ciudadana, sino que también establece un marco más justo y transparente para la administración de justicia en el país.

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