Descomposición en el PRI: Alito Moreno cambia estatutos para perpetuarse en dirigencia

Las recientes modificaciones a los estatutos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han desatado una tormenta política interna que podría significar el ocaso de la otrora poderosa organización política. Alejandro Moreno Cárdenas, el presidente nacional del PRI, no solo ha aprovechado estas modificaciones para perpetuarse en el poder, sino que también ha lanzado un ataque furibundo contra sus detractores dentro del partido, revelando acusaciones graves que solo agravan la fractura interna.

En una Asamblea Nacional celebrada a puerta cerrada en el Pepsi Center de la Ciudad de México, Moreno Cárdenas, conocido como “Alito”, se dirigió a más de 3 mil delegados como el último orador de la mañana. En un discurso de más de 28 minutos, no dudó en arremeter contra quienes, según él, “estuvieron al frente” del partido durante episodios oscuros como el asesinato del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y el escándalo del Pemexgate. Estas declaraciones incendiarias parecen más una táctica desesperada para desviar la atención de su controvertida gestión que un intento genuino de renovación.

La aprobación de los cambios estatutarios, que permiten la reelección de dirigentes, ha sido vista por muchos como una maniobra descarada de Alito para consolidar su poder. Bajo el pretexto de iniciar “una nueva etapa en la vida política” del PRI, Moreno Cárdenas ha optado por un camino de autocracia, alejándose de los principios democráticos que deberían regir cualquier organización política seria.

En su discurso, Alito intentó reivindicar el legado del PRI, adjudicándole logros históricos como la creación del IMSS, el ISSSTE, el Infonavit y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Sin embargo, estas menciones a glorias pasadas resultan irónicas en el contexto actual, donde el partido lucha por mantenerse relevante en un panorama político dominado por la desconfianza y el desencanto popular.

Moreno Cárdenas también aprovechó para declarar que el PRI no apoyará ninguna reforma al Poder Judicial que “pretenda menoscabar su independencia”. Este posicionamiento parece más una estrategia de supervivencia política que un verdadero compromiso con la justicia y la legalidad.

En definitiva, el PRI enfrenta una crisis de legitimidad y liderazgo. Las acciones recientes de Alejandro Moreno Cárdenas no solo dividen más al partido, sino que también evidencian un desesperado intento por aferrarse al poder. En lugar de unir y fortalecer a su partido, Alito ha elegido el camino de la confrontación y la autocracia, lo que podría llevar al PRI a un punto sin retorno.

Comments

comments