El agua, un privilegio para la élite de Morelia bajo gestión de Martínez Alcázar

En medio de una crisis hídrica que estrangula a la ciudad de Morelia, la distribución del vital líquido ha tomado tintes alarmantes de elitismo. Mientras más de 150 colonias sufren cortes de agua y otras 500 carecen de acceso a la red hídrica, Alfonso Martínez Alcázar, alcalde de la capital michoacana, parece haber trazado un mapa de prioridades que desatiende a los más vulnerables en favor de los privilegios de unos pocos.

La Organización de Usuarios del Agua de Morelia ha levantado la voz de alerta ante la desigualdad flagrante en la distribución del recurso más básico. Señalan con indignación el derroche en una decena de clubes selectos de la ciudad, donde el agua fluye en profusión hacia baños de vapor, albercas, regaderas y jacuzzis, mientras que miles de morelianos se enfrentan diariamente a la incertidumbre de si tendrán acceso al agua potable.

Lo que agrava aún más esta injusticia es la estrecha relación entre los propietarios de estos clubes y el edil Martínez Alcázar, un vínculo que parece traducirse en una protección tácita hacia los excesos en el consumo de agua. No es casualidad que muchos de los socios sean funcionarios o allegados al ayuntamiento, una red de privilegios que deja en claro quiénes son los verdaderos beneficiarios de las políticas de distribución de recursos.

Las cifras son estremecedoras: se estima que estos clubes de la élite consumen hasta 1 millón de metros cúbicos de agua al año, una cantidad que equivaldría al abastecimiento diario de 87 mil hogares morelianos. Es decir, una tercera parte del total de viviendas conectadas a la red hídrica del municipio. Este despilfarro resulta intolerable en un contexto donde cada gota de agua cuenta y la escasez se vislumbra como una realidad inminente.

Ante este panorama desolador, la falta de acciones contundentes por parte de la administración municipal y el Organismo Operador de Agua Potable y Saneamiento (OOAPAS) resulta inexcusable. ¿Cómo es posible que en medio de una crisis hídrica sin precedentes no se hayan implementado medidas para recortar el uso del agua en los espacios de recreación de la élite? La omisión de estas autoridades es un símbolo de la indolencia y la complicidad que perpetúan la desigualdad en nuestra ciudad.

Es hora de que la justicia hídrica llegue a Morelia, de que el agua deje de ser un privilegio reservado para unos pocos y se convierta en un derecho fundamental para todos los habitantes. El derroche y la opacidad en la distribución del agua deben ser erradicados de raíz, y los responsables de esta situación deben rendir cuentas ante la ciudadanía. En la lucha por un acceso equitativo al agua, no podemos permitir que la élite moreliana siga nadando en la abundancia mientras el resto de la población se ahoga en la escasez.

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