El día que comunistas y fascistas se trenzaron un tirante en pleno zócalo
Era el aniversario número 25 de la Revolución Mexicana, los desfiles para la conmemoración eran parte del protocolo.
Sin embargo, como ocurría desde la época de la Revolución, grupos antagónicos se reunirían en torno al acto. Por un lado estaban los Dorados de Villa, un grupo conservador de 75 personas que pretendía sabotear el discurso del presidente Lázaro Cárdenas en Palacio Nacional y habían acudido a la plancha montados en caballos.
Por otra parte, miembros del Frente de Izquierda Popular Mexicano estaban dispuestos a evitar que el boicot sucediera. El segundo grupo estaba conformado por el Sindicato Mexicano de Electricistas, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la Confederación Sindical Unitaria de México, el Partido Comunista Mexicano (PCM) y el Comité de Defensa Proletaria. El grupo de los comunistas estaba comandado por el pintor David Alfaro Siqueiros.
La presidencia envió a Luis L. Rodríguez para tratar de calmar los enfrentamientos, pero muy pronto los comunistas lanzaron petardos hacia los pies de los caballos. Los dorados, por supuesto, no tardaron en responder la ofensiva, golpeando a los comunistas con sus reatas. Los comunistas nuevamente respondieron arrojando palos y piedras. El enfrentamiento duró cerca de una hora sin que interviniera la guardia militar u otra autoridad.
Los choferes del Frente Único al Volante utilizaron automóviles para dispersar el enfrentamiento y a los caballos. Sin embargo, ambos grupos utilizaron armas de fuego para continuar la agresión. Finalmente, la intervención de la policía ayudó a que la golpiza cesara. El saldo fue de tres muertos y cuarenta y seis heridos. Entre los heridos por arma blanca se encontraba Nicolás Rodríguez, líder de los Dorados.
Un año antes del enfrentamiento se había formado el grupo Acción Revolucionaria Mexicanista (ARM), conformado por Rodríguez. De acuerdo con los comunistas, se trataba de un grupo abiertamente fascista que buscaba arrebatar la influencia regional de Estados Unidos para entregársela al Tercer Reich.
La actividad política del ARM inició con un asalto a la sede del Partido Comunista Mexicano en la Ciudad de México, el cual estaba ubicado en la calle de República de Cuba del Centro Histórico. Allí, rompieron mobiliario, golpearon a la burocracia e intentaron incendiar las oficinas. Posteriormente, el grupo de Nicolás Rodríguez adoptó el nombre de Dorados de Francisco Villa, ya que el exmilitar había participado en el bando del caudillo durante la Revolución.
Durante casi dos años los dorados y los comunistas protagonizaron enfrentamientos frontales, siendo el más agresivo el del 20 de noviembre de 1935.
“La Asociación Mexicanista Revolucionaria se manifestaba frecuentemente en el primer cuadro de la Ciudad de México con su caballería, con sus macanas y sus botas, y una que otra arma de fuego. Sus integrantes vestían unas imprescindibles camisas color azafranado y al grito de ‘¡Muerte al comunismo!’ y el clásico ‘¡México para los mexicanos!’ trataban de demostrar sus puntos de vista nacionalistas e intolerantes. Por lo general aparecían cuando grupos obreros o algunas organizaciones de izquierda querían dejarse oír en manifestaciones públicas o marchas de solidaridad […] el grupo de choque de los ‘dorados’ se distinguía por ser racista, antijudío, antichino y anticomunista. Era una puntual expresión del extremismo obcecado de las derechas seculares de aquel momento, que se concentraban en pequeños núcleos con nombres como el Comité Pro-Raza, la Unión Nacionalista o la Liga Anti-China.”
Pérez Montfort Ricardo. Lázaro Cárdenas
Debido al enfrentamiento, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó que se disolviera dicha institución política. Como respuesta, los dorados se congregaron en nuevos círculos políticos como la Unión Nacionalista Mexicana, Partido Nacionalista de México, Vanguardia Nacionalista Mexicana, Juventud Nacionalista de México, entre otros.