El Mayo Zambada se declara inocente en Nueva York

Ismael “El Mayo” Zambada, el infame líder del cártel de Sinaloa, se declaró inocente de los 17 cargos que enfrenta en Nueva York, que incluyen tráfico de narcóticos y asesinato. La presencia de Zambada en el tribunal de Brooklyn, a través de un intérprete de español, marcó un nuevo capítulo en su larga historia de evasion y enigma en el crimen organizado.

Con un semblante impasible y respuestas lacónicas a las preguntas rutinarias del juez, Zambada no ofreció declaraciones adicionales. Su breve “Bien, bien” ante las consultas sobre su comprensión de los documentos y procedimientos contrastó con la magnitud de las acusaciones en su contra. La declaración formal de inocencia fue presentada por sus abogados, quienes en un giro estratégico, optaron por no solicitar libertad bajo fianza, alineándose con la petición de los fiscales estadounidenses de mantener al acusado en custodia hasta el juicio.

La llegada de Zambada a Estados Unidos, el pasado 25 de julio, no fue menos dramática. Aterrizó en un avión privado en un aeropuerto cercano a El Paso, acompañado por Joaquín Guzmán López, un prominente líder del cártel y hijo del infame Joaquín “El Chapo” Guzmán. Esta llegada fue precedida por una carta de Zambada en la que alegó haber sido secuestrado en México y trasladado a Estados Unidos por Guzmán López, destacando la intrincada red de alianzas y rivalidades dentro del cártel de Sinaloa.

El magistrado James Cho, quien presidió la audiencia, ordenó que Zambada permaneciera detenido mientras se prepara para su juicio, señalando la gravedad de los cargos y el riesgo de fuga. La decisión refleja no solo la magnitud de las acusaciones, sino también el desafío que representa para las autoridades estadounidenses lidiar con una figura de tan alto perfil en el mundo del crimen organizado.

En este contexto, la figura de Zambada se erige como un símbolo de las luchas internas y las extensas conexiones del narcotráfico global. Su declaración de inocencia en un tribunal de Nueva York es solo una pieza en el complejo rompecabezas de su trayectoria criminal y las maniobras legales que enfrenta. A medida que el caso avanza, el seguimiento de su juicio promete desvelar más sobre las redes subterráneas que han mantenido al cártel de Sinaloa como una de las organizaciones criminales más poderosas y persistentes del mundo.

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