Estas son las creencias y ritos que se celebra el “Hanal Pixán” en Yucatán
Ciudad de México.- En Mérida, Yucatán se llena los pasillos de flores de la temporada, y con la pandemia, los habitantes realizaron sus compras y adornaron sus altares.
En este Día de Muertos, para ellos es una tradición muy arraigada y en la Zona Maya se le conoce como Hanal Pixán, que significa “comida de las ánimas”, en donde los yucatecos conmemoran y recuerdas a los que se nos adelantaron.
El Hanal Paxián es más que simple tradición, y su significado está cargado de leyendas, creencias y ritos, que hasta la actualidad, muchas familias yucatecas siguen respetando al pie de la letra.
En esta época, los yucatecos elaboran el platillo ancestral que es el Pib, mucbipollo o mukbilpoll, que es una especie de “tamal gigante”, que suele cocinarse en hornos bajo tierra y es guisado con pollo, puerco, espelón, tomate, hoja de plátano y achiote.
Hay una creencia que si un familiar falleció recientemente, las familias tienen prohibido concinar este platillo, ya que es una falta de respeto hacia el ánima del familiar y que es “malo” para su alma.
También no permiten a las mujeres embarazadas intervenir ni acercarse al lugar donde se prepara, ya que supuestamente el pib no se cueza.
Otra de las creencias está el hilo negro, que quizás es una de las más arraigadas que se resiste a morir y durante el Hanal Pixán, es común ver a niños y bebés con su hilito begro en la muleca.
Esta tradición se dice que los niños son capaces de ver e incluso interactuar con las ánimas debido a que sus almas son nobles e inocentes, y con este hilo es una especie de protección para evitar que los malos espíritus les hagan alguna maldad.
Los yucatecos deberán en estas fechas no realizar labores domésticas como barrer, lavar la ropa o incluso lavar trastes, ya que si se realiza en plena temporada de esta tradición, las ánimas se encargarán de hacerlo por la familia, por lo que los creyentes deben hacerlo antes de la llegada de los pixanes.
La otra creencia es que deben colocar velas en los muros de las casas, con la finalidad de guiar a las ánimas hacia el altar, en el camino, los demonios no los molesten e impidan su llegada.