Estos son los 7 métodos más eficaces para curar la cruda según… la banda
Dolor de cabeza, deshidratación, molestias en las articulaciones… En México solemos probar los antídotos locales con fama de efectivos para curar la cruda. Puede que al principio te sientas un poco mejor, pero tal vez estés errando de método.
Dos expertas nos explican qué es lo que nos repara con mayor eficacia, y si aquello que ingerimos después de la fiesta realmente está surtiendo efecto.
1. Pancita, mondongo o menudo
El famoso caldo de estómago de res con epazote, cebolla y chile es de lo más socorrido entre los mexicanos que buscan levantarse de la resaca, pero su contundente efectividad no es total. Pese a que el picante tiene propiedades benéficas para la salud, no es lo ideal en la cruda.
Martha Beaurregard Paz, licenciada en nutrición y ciencias de los alimentos en Médica Viena, nos aclara que si bien “la pancita no es el mejor remedio, la combinación de todos los ingredientes puede tener un efecto benéfico. El caldo proporciona hidratación, la carne contiene vitamina B6 que posee protectores para la resaca. Pero también irritantes, a los que el estómago estará sensible por el daño a la mucosa gástrica de la noche anterior”.
2. Chavela: refresco rojo con cerveza
Después de beber, lo último que queremos es ingerir más. Sin embargo nuestros abuelos, tíos y papás se empeñan en que bebamos el famoso brebaje conocido como Chavela.
La doctora Jesica Sánchez, médico de la UNAM, explica a Verne que “la mezcla de refresco rojo y cerveza es exitosa porque hay dos sustancias que ayudan al organismo: glucosa y sodio. Esto contribuye a que más cantidad de líquido se absorba por el tubo digestivo y los síntomas de la deshidratación sean menores”.
No obstante, subraya la doctora Beaurregard, la Chavela es algo así como un pasaporte directo a la gastritis, “ya que la mucosa está degradada y al tomar más alcohol lo exponemos directamente, dañándolo más”.
3. Reposar en cama con naproxeno
Si bebiste en abundancia o mezclaste tragos, es casi un hecho que no querrás moverte de tu cama. Los mexicanos se han acostumbrado a acompañar el reposo natural con antiinflamatorios como el naproxeno o el paracetamol, que sólo alivian el dolor de cabeza.
Hay que tener mucho cuidado con esto, advierte la doctora Sánchez, ya que estos medicamentos “pueden causar daños severos a nuestro hígado, el cual es el encargado de metabolizar el alcohol”. Lo que se recomienda son antiácidos, aspirinas y mantener la hidratación en todo momento.
4. Mariscos en cualquier presentación
La frescura en forma de brisa playera llega a aliviarnos: ese caldito de camarón, ceviche o aguachile mezclado con pulpo o calamar, al parecer hace sentir bien a cualquier parroquiano de las marisquerías mexicanas.
Esto también es más una costumbre, aunque un poco más fundamentada, aclara Beaurregard, ya que los mariscos “contienen sales y vitaminas del complejo B, minerales y agua. Incluso la composición del 75 al 80% de los pescados y mariscos es agua”.
5. Chilaquiles
Clásico de clásicos. Totopos de tortilla con salsita bien picosa, que hace que salivemos y nuestra digestión del alcohol se torne más amable.
Esto es más un efecto placebo, un antojo mexicano inclinado hacia lo picoso y lo salado. Beaurregard comenta que “la pérdida de electrolitos por la ingesta de alcohol se recupera con una adecuada alimentación e hidratación. En todo caso, lo ideal sería consumir verduras, frutas, carnes magras y agua natural o con sales”.
6. Crema de cacahuate antes de dormir
“Eso se les ocurrió tal vez por el hecho de que las grasas retardan el vaciamiento gástrico, además de que evitan se absorba una mayor cantidad de alcohol en el estómago al no estar vacío. En realidad funcionaría con cualquier comida que contenga proteínas (que también retardan el vaciamiento gástrico) e hidratos de carbono”, explica Beaurregard Paz.
7. Suero: agua mineral, sal y limón
El favorito de la lista. Ambas expertas coinciden en que no hay un remedio definitivo y único para la resaca, pero sí que la respuesta está en la hidratación. Las sales minerales, el azúcar con el sodio de la sal y la naturaleza depurativa del limón es una combinación práctica a la que recurren los mexicanos.
Unos lo conocen como suerito y otros le llaman angelitos, el ir reposando e hidratando con sales minerales y líquidos es lo más cercano a un remedio real.