Gobiernos de Michoacán y Federal logran avances en seguridad, pero Morelia se queda atrás
Morelia, la joya michoacana, ha sido escenario de esfuerzos incansables por parte del gobierno federal y estatal para recuperar la paz. A través de la implementación de 14 a 15 Bases de Operaciones Interinstitucionales, que incluyen a la Guardia Civil, la Guardia Nacional y el Ejército, las autoridades han logrado una gran hazaña: reducir en un 30% los delitos dolosos en la ciudad durante los últimos tres años.
Este éxito en la disminución de la criminalidad no ha sido producto de la casualidad. Ha requerido una inversión considerable y una coordinación estratégica entre las fuerzas de seguridad federales y estatales. Sin embargo, la postura de la autoridad municipal de Morelia se presenta como una nota discordante que socava el progreso alcanzado.
A pesar de recibir recursos económicos del gobierno estatal, destinados a reforzar la infraestructura, equipamiento, nómina, recursos humanos y patrullas necesarios para mantener la paz, la administración municipal ha mostrado una alarmante falta de colaboración. Este financiamiento, vital para sostener y mejorar las capacidades de seguridad locales, ha sido, en gran medida, desaprovechado por la autoridad municipal, que se ha mantenido renuente a coordinarse con las acciones de seguridad establecidas por el estado.
La apatía del gobierno municipal no solo refleja una ausencia de esfuerzo tangible en la lucha contra la delincuencia, sino también una desconexión preocupante con la realidad que enfrenta la ciudadanía de Morelia. Las declaraciones de los funcionarios municipales dejan entrever un desconocimiento profundo de la problemática de seguridad que afecta a la capital michoacana, así como una falta de comprensión del contorno estratégico que se ha diseñado para abordar estos desafíos.
Este abandono de responsabilidades por parte de la administración municipal no solo debilita las acciones de seguridad, sino que también mina la confianza de las y los morelianos en el gobierno local. La incapacidad de reconocer y enfrentarse a los problemas de seguridad con un enfoque coordinado y decidido es un lujo que Morelia no puede permitirse.