La Navidad sobrevive entre las ruinas en el sur del Líbano

En el corazón de una iglesia devastada por bombardeos de Israel, un pequeño árbol de Navidad se yergue como símbolo de esperanza y resistencia. La Iglesia Católica Melquita de San Jorge, ubicada en el sur del Líbano, ha sido testigo de años de conflictos, con su más reciente devastación tras un ataque aéreo israelí en octubre.

Un árbol en medio del dolor
Entre los escombros de esta iglesia del siglo XVIII, Georges Elia, un feligrés y trabajador municipal, decidió mantener viva la tradición navideña. Con un modesto árbol, adornos sencillos y la ausencia de luces eléctricas, Elia simbolizó el espíritu de la Navidad para su comunidad desplazada. “Cristo nace en nuestros corazones, iluminado con nuestro amor por él”, afirmó, mientras decoraba el árbol en medio de un escenario de destrucción.

Historia de fe y resistencia
El ataque de octubre marcó la tercera vez que la iglesia fue dañada por fuerzas israelíes. El sacerdote Maurice el Khoury recordó los momentos difíciles en el pasado: la pérdida de la pared occidental en 1978 y daños severos en 1992. Ahora, enfrenta la monumental tarea de restaurar el edificio principal, un esfuerzo que estima costará cerca de 3 millones de dólares.

Celebrando la Navidad bajo tierra
Ante la imposibilidad de usar el edificio principal, las misas se celebran en una pequeña sala subterránea, una antigua residencia para obispos y sacerdotes. A pesar de su precariedad, la sala se ha adaptado como un espacio temporal de culto. Durante una misa, el sacerdote alentó a los fieles a recordar la humildad del nacimiento de Jesús, comparando el espacio con la cueva de Belén.

Impacto de la guerra en la región
La destrucción de la iglesia es solo una pequeña parte del daño causado por la guerra en el Líbano, que ha desplazado a cientos de miles de personas y destruido casi 100 mil hogares. Según el Banco Mundial, los daños totales en el país ascienden a 3,200 millones de dólares.

A pesar de la adversidad, la comunidad sigue aferrada a su fe, preparándose para celebrar la Navidad en condiciones humildes pero con un espíritu inquebrantable. “Somos las personas que encarnan el nacimiento de Cristo en nuestra realidad”, aseguró el padre Khoury, quien continuará celebrando la misa navideña, demostrando que la fe y la esperanza pueden sobrevivir incluso en los momentos más oscuros.

Comments

comments