La victoria del Nuevo Frente Popular y el rechazo a la extrema derecha en Francia
En un giro histórico, Francia ha rechazado contundentemente a la extrema derecha en la segunda vuelta electoral, cumpliendo así con la proclama cargada de memoria colectiva: el entrañable “no pasarán”. Jean-Luc Mélenchon, líder del Nuevo Frente Popular, ha emergido victorioso, desafiando años de ataques y descalificaciones por parte de los medios hegemónicos.
Mélenchon, filósofo y profesor que alguna vez trabajó como corrector de imprenta para financiar sus estudios, ha enfrentado constantes acusaciones de radicalismo y comunismo, un discurso repetido hasta la saciedad por aquellos que temen cualquier opción de izquierda o progresista. En la batalla ideológica previa, los esfuerzos por polemizarlo alcanzaron su punto álgido en las elecciones de 2017, donde fue presentado como el extremo opuesto a Marine Le Pen y su ultraderecha neofascista.
Sus propuestas, en esencia, han girado en torno a la defensa de la seguridad social como piedra angular para un desarrollo justo, la lucha contra la pobreza y la marginación, y la recuperación de un Estado de bienestar inspirado en el modelo keynesiano, en consonancia con los principios de la Revolución Francesa: libertad, igualdad, fraternidad. Sin embargo, los medios dominantes persistían en retratarlo como una amenaza, repitiendo el mantra de que “nos llevará por el camino de Venezuela”.
En contraste, Emmanuel Macron, exbanquero presentado como un líder de un supuesto “extremo centro”, en la práctica ha implementado políticas neoliberales y privatizaciones que han profundizado las crisis sociales, como la polémica reforma para aumentar la edad de jubilación. La ilusión de un centro moderado y sensato se desvaneció rápidamente una vez en el poder, revelando su verdadera inclinación hacia la derecha económica.
La decepción social no tardó en manifestarse, dando lugar a movimientos como los Chalecos Amarillos, que protestaron enérgicamente contra el aumento de precios, la injusticia fiscal y la pérdida de poder adquisitivo. Frente a este panorama, el pueblo francés ha rechazado los titulares alarmistas y la imagen artificial de moderación conservadora promovida por figuras como Jordan Bardella.
La victoria del Nuevo Frente Popular representa un giro hacia la regeneración del pacto social en Francia. Sus propuestas de reconocimiento del Estado palestino, reversión de la reforma de pensiones de Macron, aumento del salario mínimo y regulación de precios esenciales reflejan un claro mandato popular en favor del bienestar y la equidad social.