México está a punto de vivir las temperaturas más altas jamás registradas, advierte UNAM

Las alarmas han sonado desde la Universidad Nacional Autónoma de México, advirtiendo que en los próximos 10 o 15 días, el país se enfrentará a las temperaturas más altas jamás registradas. Esto no es una simple predicción meteorológica, es un aviso contundente que demanda nuestra atención.

En las últimas semanas, México ha sido sitiado por un calor implacable, rompiendo récords de temperatura tras récords. Ni una, ni dos, sino tres olas de calor han azotado al país en lo que va del año, según datos del Servicio Meteorológico Nacional. Estamos inmersos en la tercera ola desde el 20 de mayo, y aún no se vislumbra un respiro.

Las proyecciones indican que nueve estados, incluyendo a Campeche, Guerrero, Nuevo León, y más, superarán los 45 grados Celsius. Incluso zonas a altitudes considerables, como Aguascalientes a 1900 metros sobre el nivel del mar, ya han rebasado los 40 grados. Esta locura climática se suma a una sequía devastadora y a niveles alarmantes de contaminación en diversas regiones del país.

El saldo humano es desolador: casi medio centenar de personas han perdido la vida en este mes debido a las condiciones extremas. El presidente López Obrador ha calificado la situación como “excepcional”, y con razón.

Detrás de este fenómeno climático devastador se encuentra el ominoso “domo de calor”, una masa de altas presiones atmosféricas que atrapa el aire caliente, impidiendo su ascenso y manteniendo una región bajo su yugo. Este “olla a presión” meteorológica se ha instalado sobre México, llevando las temperaturas a límites insospechados.

Los expertos coinciden en que estos eventos extremos están vinculados a cambios bruscos en las temperaturas oceánicas, desencadenando un ciclo vicioso: el calor del agua alimenta el aire, este se desplaza hacia la tierra, y atrapado por las altas presiones, genera un calentamiento aún mayor. Es una cadena de eventos que ha puesto a México en el epicentro de una crisis climática sin precedentes.

Ante esta situación, es imperativo tomar medidas urgentes para mitigar los impactos del calor extremo en la población y en el medio ambiente. El futuro de nuestro país depende de nuestra capacidad para enfrentar esta emergencia climática con determinación y solidaridad.

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