Morelia arde ante la inacción de Alfonso Martínez
Morelia se encuentra en medio de una batalla despiadada contra las llamas. Según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), la ciudad ha sido testigo del devastador avance de los incendios forestales, con el 25 % de su territorio ya consumido en lo que va de la temporada 2024.
Sin embargo, ante esta crisis ambiental sin precedentes, el alcalde Alfonso Martínez Alcázar se niega a reforzar las brigadas municipales destinadas a combatir los siniestros que azotan el Quinceo y otros cerros del poniente de la capital.
Los datos de la CONAFOR son claros: en Morelia se ha instalado un campamento de emergencia compuesto por 30 combatientes y 5 técnicos forestales, una respuesta ante la magnitud de la tragedia que se avecina. Sin embargo, las brigadas municipales, las encargadas de proteger los pulmones verdes de la ciudad, se encuentran en un estado lamentable, con una dotación de personal y equipo considerablemente reducida.
El desenlace de esta trágica historia se ha vuelto aún más desolador durante los últimos días, cuando las llamas han cobrado más fuerza y extensión. Las brigadas municipales, en un intento tardío y desesperado, solo se aventuraron a enfrentar el fuego en la cumbre del Quinceo la tarde del sábado, ignorando la escalada de la situación durante el domingo y parte del lunes.
Los números hablan por sí solos: más de 1 mil hectáreas de suelos forestales consumidos por las llamas, y un alcalde que parece reacio a asumir su responsabilidad frente a esta emergencia ambiental.
Alfonso Martínez Alcázar se ha escudado en excusas vacías, deslindándose de cualquier responsabilidad sobre la invasión y cambio ilegal de uso de suelo en el Quinceo, alegando que se trata de predios bajo jurisdicción estatal o federal. Sin embargo, la Fiscalía General de Michoacán ha dejado al descubierto la falta de acciones concretas por parte de la administración municipal en los últimos 3 años, sin presentar ni una sola denuncia por los incendios que han arrasado con las zonas de reservas forestales del municipio.
Morelia arde en llamas, y mientras tanto, su liderazgo político parece estar más preocupado por esquivar culpas que por proteger el futuro de nuestra tierra. En medio del humo y la desolación, surge una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Cuánto más debe arder nuestra ciudad antes de que sus líderes actúen con la urgencia y la determinación que esta crisis demanda?