Morón desprecia liderazgo de Morena
En un acto que algunos han calificado como un quiebre político, el candidato al Senado, Raúl Morón Orozco despotricó contra los líderes de Morena, exigiendo que ejerzan sus cargos con dignidad, distanciándose así de la cúpula partidista que le otorgó la candidatura.
El descontento de Morón con la cúpula dirigente se manifestó a través de un grupo de acompañantes, quienes arremetieron enérgicamente contra Mario Delgado y Citlali Hernández, presidente y secretaria general de Morena, respectivamente.
Este episodio surge como consecuencia de los intentos previos de Morón y su grupo por influir en la designación de candidaturas en distritos locales y ayuntamientos, una acción que contrasta con su propia nominación, realizada sin el respaldo de una encuesta y posteriormente exigida por el grupo disidente.
Entre los miembros de este grupo destacan figuras como Leonel Godoy, exgobernador del estado, Fidel Calderón y Juan Carlos Barragán, diputados locales que, a pesar de ser enemigos políticos en el pasado, hoy encuentran una coyuntura de alianza en esta causa. Asimismo se suma Roberto Pantoja, exdelegado del Bienestar en la entidad.
Resulta irónico que Morón y su grupo expongan la supuesta necesidad de un “piso parejo” en la asignación de candidaturas, cuando ellos mismos son beneficiarios de privilegios y maniobras que contradicen los principios democráticos del partido.
Este desafío abierto a la estabilidad interna de Morena por parte de Morón es un amargo recordatorio de los peligros del ego y la ambición en la política. Su conducta egocéntrica y su falta de lealtad hacia su propio partido no solo dañan la reputación de Morena, sino que también amenazan con socavar los valores que representa.