Presentan iniciativa para contener el aumento excesivo de rentas en la CDMX
En respuesta a un problema que afecta a millones de habitantes de la Ciudad de México, el jefe de Gobierno, Martí Batres, ha presentado una iniciativa para modificar la Ley de Vivienda y el Código Civil con el fin de controlar el desmedido incremento en los costos de alquiler. Este anuncio, realizado en una conferencia de prensa, busca abordar una crisis que ha escalado en los últimos años, poniendo a prueba la capacidad económica de los residentes capitalinos.
Batres Guadarrama expuso que las rentas en la Ciudad de México han experimentado aumentos “excesivos” en los últimos años, impactando negativamente en la calidad de vida de aproximadamente un millón de personas que dependen del alquiler para su residencia.
“Vamos a enviar, el día de hoy o mañana, una iniciativa de reformas que tiene el objetivo de frenar el aumento excesivo de las rentas en la vivienda de la Ciudad de México”, anunció el mandatario.
La propuesta del gobierno capitalino llega en un momento crítico, cuando la especulación inmobiliaria y la gentrificación están llevando a la expulsión de residentes hacia las periferias de la ciudad. Batres señaló que estos fenómenos no solo afectan a las familias de menores ingresos, sino que también alteran el tejido social de la metrópoli.
La iniciativa del gobierno no se limita a un enfoque punitivo, sino que también introduce mecanismos para garantizar que los aumentos en los alquileres no superen el índice de inflación, además de establecer medidas para asegurar que la vivienda siga siendo asequible para los sectores más vulnerables.
“Somos conscientes de que este es solamente el inicio de un debate que va a seguir”, subrayó Batres, reconociendo que la propuesta es un primer paso necesario.
La intervención del Estado en este sector es vista como una respuesta necesaria para mitigar los efectos de una burbuja inmobiliaria que ha puesto en riesgo la estabilidad económica y social de la Ciudad de México. La iniciativa de Martí Batres podría marcar un precedente en la forma en que las ciudades grandes enfrentan los desafíos de la vivienda en un entorno económico cada vez más desafiante.