Sinaloa no sólo es El Chapo, también es deporte: Marco Verde
El nombre de Marco Verde ha emergido como un símbolo de desafío y cambio. Este joven boxeador de Mazatlán, Sinaloa, no solo ha capturado la atención por su destreza en el cuadrilátero, sino también por su capacidad para enfrentar y desmantelar los prejuicios arraigados hacia su tierra natal.
Con apenas 22 años, Verde ha logrado lo que pocos en su disciplina han conseguido: una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024. Este logro no solo marca un hito histórico para el boxeo mexicano, siendo la primera presea olímpica en esta disciplina en cuatro décadas, sino que también sirve como un poderoso testimonio de superación personal y colectiva.
En un diálogo revelador, Verde compartió la dura realidad que enfrenta al representar a Sinaloa, un estado estigmatizado por la violencia y el narcotráfico. “Me pasa no solo en México, sino también fuera. Cuando escuchan Sinaloa, lo único que me dicen es ‘El Chapo’”, comentó el boxeador. Sin embargo, su desempeño en los Juegos Olímpicos ha invertido la narrativa, demostrando que Sinaloa también es un semillero de talento y perseverancia. “Esto es para que la gente vea que no todo es violencia”, añadió Verde, subrayando su compromiso de cambiar la percepción dominante sobre su origen.
La medalla de plata de Verde es el resultado de años de arduo trabajo y preparación. Desde los 10 años, ha estado bajo la tutela del entrenador Radamés Hernández, cuya visión y dirección han sido cruciales en el desarrollo de su carrera. La preparación de Verde incluyó intensos campamentos en España, Kazajistán y Rumania, así como participaciones en Juegos Centroamericanos y Panamericanos. “Yo siempre lo dije, teníamos posibilidades de ganar. Gracias al fogueo conseguimos una medalla”, explicó Hernández, destacando la importancia de la experiencia internacional en la consecución del éxito.
El triunfo de Marco Verde en París no es solo una medalla; es un mensaje poderoso que trasciende las fronteras del deporte. Es una declaración de que la resiliencia y el talento pueden desafiar y superar los estigmas, y un recordatorio de que Sinaloa, a pesar de sus desafíos, es también una tierra de promesas y logros. En una época donde la narrativa negativa a menudo eclipsa los logros individuales, la historia de Verde nos invita a redibujar el panorama de lo que realmente significa ser mexicano y sinaloense en el ámbito global.
