Trasladan gigantesco mural de Diego Rivera expertos de la UNAM
“Si se puede” así empezó la aventura que decidieron emprender expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para trasladar el último fresco pintado por Diego Rivera en Estados Unidos, titulado “Unidad Panamericana”, del vestíbulo del City College de San Francisco al Museo de Arte Moderno de esa ciudad.
La tarea de transportarlo no se creía factible porque el cuadro del aclamado pintor de 22.5 metros de largo por 6.7 de alto y 30 toneladas de peso lo convierte en uno de los murales más delgados del mundo, que se empotró en una pared de concreto de 1.30 metros de espesor fijada con pernos con la esperanza de que permaneciera ahí por siempre.
Cuando el Museo de Arte Moderno de esa ciudad (SFMoMA) lo pidió prestado “para develarlo al fin, 80 años después”, consideraron imposible la tarea de retirar y luego transportarlo a 21 km de ahí. Sin embargo, para Alejandro Ramírez Reivich, del Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica (CDMIT) de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, la idea sí era posible.
“Yo soy ese profesor loco al que se le ocurrió decir que era factible. El problema era que la obra es tan delgada y frágil que removerla era casi como despegar cascarón de huevo de un enorme bloque de hormigón. Y la tarea implicaba mucho más: luego habríamos de moverla, cargarla, desplazarla, subirla a un camión y volverla a armar en medio de una pandemia”, dijo.
Al final, la operación fue exitosa y hoy el mural puede apreciarse de forma gratuita en el MoMA San Francisco, incluso sin entrar, porque fue montado en una galería con paredes de vidrio visibles para los peatones de la transitada Howard Street.
María del Pilar Corona, docente de la FI comentó que para lograrlo implicó trabajar tres años e incluso crear réplicas exactas a escala 1:1 de los paneles de acero y yeso que conforman el fresco de Rivera.