Triunfa la Reforma al Poder Judicial
En una decisión histórica, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desestimó las acciones de inconstitucionalidad presentadas por cuatro partidos políticos y una minoría legislativa en contra de la reforma judicial.
La determinación de los ministros, tomada por una mayoría de siete votos frente a la falta de los ocho necesarios para invalidar la reforma, marca un paso importante para el fortalecimiento del sistema judicial y la consolidación de la democracia en México.
Lo relevante de esta resolución es que, en lugar de ceder a la presión política, la SCJN reafirmó el principio fundamental de que los partidos políticos no tienen legitimidad para impugnar reformas constitucionales. Fue el ministro Alberto Pérez Dayán quien, junto con las ministras Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, argumentó que la reforma judicial no puede ser cuestionada a través de las acciones de inconstitucionalidad presentadas por los partidos, pues no están facultados para ello.
Con esta postura, la Corte está defendiendo la autonomía del poder judicial y, al mismo tiempo, reafirmando que las reformas constitucionales deben ser discutidas en los foros correspondientes y no ser utilizadas como un medio para bloquear cambios que beneficien al país. Esta decisión no solo le da estabilidad al sistema judicial, sino que refuerza la legitimidad de la reforma que busca modernizar y eficientizar la justicia en México.
En un contexto en el que las reformas al sistema judicial son fundamentales para una mejor administración de la justicia, esta victoria legal no solo es un triunfo para el Ejecutivo y las fuerzas políticas que apoyan la reforma, sino para todos los mexicanos que claman por un sistema de justicia más accesible, transparente y eficiente.
La SCJN ha dejado claro que el camino hacia una justicia moderna y efectiva está abierto, y la reforma judicial, que busca eliminar la corrupción y garantizar procesos más ágiles y transparentes, seguirá adelante. El país debe estar agradecido por una Corte que, con independencia y firmeza, protege la legalidad y fortalece el Estado de Derecho, al mismo tiempo que asegura que las decisiones trascendentales en beneficio del país no se vean sujetas a intereses partidistas.
Hoy, más que nunca, es crucial que los ciudadanos sigan defendiendo los avances en el ámbito judicial. Con esta decisión, la Suprema Corte envía un mensaje claro: la justicia no debe ser un campo de batalla para los intereses políticos, sino un pilar que debe proteger la democracia y el bienestar de todos los mexicanos.