Zacahuil, un platillo prehispánico que se usaba para castigar a adversarios
Ciudad de México.- El tamal zacahuil es el platillo más grande que puedes encontrar en México , y posiblemente en el mundo, es una comida típica de la región de la Huasteca y está presente en festejos, fiestas patronales hasta en funerales.
El zacahuil es un tamal de grandes proporciones que puede alimentar a una familia entera, ya que suele alcanzar los 20 kilos de peso, su nombre proviene del náhuatl y significa zacate.
Este platillo está hecho de masa de maíz martajada, una de sus características principales, pero lo que más llama la atención es el tamaño, pues llega a medir un metro o a veces más.
El zacahuil se prepara con manteca de cerdo, chile cascabel, chile chino, chile ancho, chile guajillo, chile pasilla, cebolla asada, ajo, especias y carne de cerdo, de pollo o de guajolote.
Después se envuelve en hojas de plátano y se amarra perfectamente para evitar que la masa se desborde, y se cocina por varias horas en un horno de barro con leña.
En la huasteca veracruzana es común meterlo al horno a la 1 de la tarde y se extrae hasta las 4 de la mañana para que esté listo en el desayuno.
La creación de este platillo cuenta una leyenda, la cual es del México prehispánico, en el año de 1468, cuando la Huaxtecapan vivía bajo el dominio del imperio mexica.
Moctezuma designó a un mayordomo para recaudar los tributos, pero este hombre abusó de su poder y mancilló a varias jóvenes vírgenes.
La impunidad que rodeaba al violador terminó cuando los mexicas fueron derrotados por los tarascos, y al enterarse de estos actos, el pueblo huasteco hizo prisionero al mayordomo para vengarse; pero estaban llenos de odio así que decidieron matarlo y desollarlo para usar su carne en un enorme tamal ceremonial que fue comido por las víctimas.
Luego que se cociera el tamal lo repartieron porciones entre las mujeres que fueron ultrajadas por el recaudador, quienes gritaron jubilosas “tlanque cualantli” que significa “se acabó el problema”.
El sacrificio se repetiría con los prisioneros de guerra, convirtiéndose en una tradición de los huastecos hasta que llegaron los españoles y se horrorizaron con este acto de canibalismo por lo que pidieron cambiar la carne humana por la de animales.
Fue así como comenzó a elaborarse el enorme tamal con carne de cerdo, res, pollo y guajolote.